El 10 de febrero, se celebró el Día Mundial de las Legumbres, una fecha promovida por la ONU para resaltar su importancia en la salud del suelo, la seguridad alimentaria y la nutrición. En Argentina, la producción de legumbres muestra variaciones regionales, con cultivos de arvejas y lentejas en el sur, y garbanzos y porotos en el norte.
Tras la sequía de la campaña 2022/23, 2023/24 ha sido un año de recuperación para las legumbres argentinas. La producción de arvejas se triplicó, superando un 20% el promedio de los últimos cinco años, con un aumento en la superficie sembrada y rendimientos cercanos a los niveles históricos. En garbanzos, la producción creció un 80%, aunque los rendimientos fueron inferiores a los promedios históricos. Las lentejas también se recuperaron, aunque siguen por debajo de los niveles históricos.
Por otro lado, la producción de porotos cayó un 40% debido a una disminución significativa en los rendimientos. Las exportaciones de porotos se desplomaron un 46%, mientras que las de arvejas y garbanzos experimentaron un fuerte aumento en volumen, destacando el crecimiento exportador de este cultivo con un incremento del 64% en volumen.
A pesar de la caída general de las exportaciones de legumbres en 2024, las perspectivas son positivas a nivel global, con la OCDE y la FAO pronosticando un crecimiento del comercio mundial de legumbres de un 16% para la próxima década.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ha sido clave en apoyar el sector, actualizando el Panel de precios de Legumbres y promoviendo la exportación, además de participar en eventos internacionales como la SIAL París 2024.
Mientras tanto, la soja y el maní también han sido protagonistas, con récords en producción y exportación, contribuyendo al fortalecimiento económico del país. Con un panorama favorable para la demanda global, las legumbres argentinas siguen mostrando un gran potencial de crecimiento. (Fuente: Infobae)