INTA, CONICET y el Clúster de Garbanzo avanzan en investigación para una producción resiliente

El Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales del Centro de Investigaciones Agropecuarias (INTA) desarrolla estudios claves para entender cómo funciona el cultivo de garbanzo modulado por el ambiente que explora durante su ciclo. Este cultivo es fundamental para la seguridad alimentaria por su alto contenido de proteína y carbohidrato en grano, de bajo costo.

Una de las líneas de investigación que desarrolla el equipo, se titulada “Interacción entre nutrición nitrogenada y disponibilidad hídrica durante el llenado de grano sobre la determinación del peso y la calidad final del grano en garbanzo: bases fisiológicas”, la que se lleva adelante en el marco de la tesis doctoral de la biotecnóloga Mercedes Rocío González, bajo la dirección de la Dra. Constanza Soledad Carrera, la codirección de Eliana López Colomba y la asesoría de Verónica Vanesa Ergo.

Actualmente, el equipo realiza el primer año de experimentación a campo, trabajando con dos cultivares comerciales de amplia difusión en la región y de ciclo similar, que serán evaluados bajo distintas condiciones de disponibilidad de agua y nutrición nitrogenada.

La colaboración con el Clúster de Garbanzo, a través de esta vinculación “en la cual el clúster aporta su conocimiento del cultivo dado por sus años de experiencia a campo y, además, facilita insumos fundamentales como semillas, fertilizantes y productos químicos para el control de malezas, insectos y hongos, resulta fundamental para el equipo”, destacó Mercedes R. González -becaria doctoral INTA-.

La articulación entre INTA, CONICET y el Clúster “Nos permite generar información precisa y pertinente para el sector productivo, a través de la evaluación de la producción de garbanzo bajo diferentes condiciones de disponibilidad de agua (riego, secano, o déficit hídrico) en momentos críticos en los que se define la productividad del cultivo. Al mismo tiempo, que evaluamos si la mejora en la nutrición nitrogenada puede mitigar los efectos del déficit hídrico sobre el rendimiento y el contenido de proteína del grano en un cultivo clave para la alimentación humana. De esta forma buscamos contribuir con información útil que pueda guiar la toma de decisiones en el manejo del cultivo, en un contexto marcado por la variabilidad climática” detalló Constanza S. Carrera -coordinadora del equipo de Ecofisiología del Centro de Investigaciones Agropecuaria del INTA-.

 

Los primeros resultados de esta colaboración entre INTA, CONICET y el Clúster de garbanzo fueron presentados en la 1° Reunión Nacional de Ecofisiología y Agroecosistemas, recientemente celebrada en Córdoba entre 9 al 11 de septiembre. El trabajo presentado se titula “Variación del rendimiento, número y peso de granos en garbanzo en condiciones de secano”.