El Clúster de Garbanzo de Córdoba junto a la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) ponen en marcha una iniciativa para fortalecer las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en el uso de herbicidas hormonales. El trabajo conjunto busca acompañar a productores, procesadores y exportadores con información técnica que garantice aplicaciones responsables, eficaces y ambientalmente sostenibles.
“Esta articulación con CASAFE nos permite sumar respaldo técnico y comunicar con más fuerza la importancia del manejo responsable de estos insumos. Nuestro objetivo es que los productores cuenten con información confiable y herramientas prácticas para trabajar con seguridad”, destacó Federico Cadamuro, presidente del Clúster de Garbanzo de Córdoba.
El acuerdo refleja el espíritu de cooperación que impulsa el Clúster: integrar a los distintos actores de la cadena con instituciones referentes del agro. Este modelo de articulación busca seguir elevando los estándares de calidad, resguardar la sustentabilidad y consolidar la proyección internacional del garbanzo cordobés.
CASAFE contribuye con su experiencia técnica y trayectoria en el acompañamiento a los productores de todo el país. “Los herbicidas hormonales son herramientas muy valiosas, pero requieren de precisión y responsabilidad. Desde CASAFE promovemos el cumplimiento de BPA para garantizar que cada aplicación sea segura, efectiva y respetuosa con el ambiente”, señaló Ximena Rojo Brizuela, Coordinadora Técnica de CASAFE.
En un contexto de creciente atención sobre el uso de hormonales en distintas provincias, Córdoba avanza en materia regulatoria: disponer de lineamientos claros resulta fundamental para favorecer la convivencia entre cultivos y resguardar la calidad de las producciones.
Aunque el cultivo de garbanzo no requiere la aplicación de herbicidas hormonales, sí puede verse afectado por su uso en lotes vecinos. La deriva o el potencial de volatilización de estos productos puede comprometer tanto la calidad como el rendimiento, generando pérdidas económicas y restricciones en mercados internacionales. En este sentido, el Clúster de Córdoba promueve buenas prácticas de aplicación en toda la región para proteger no solo al garbanzo, sino también a otros cultivos estratégicos. La responsabilidad compartida es clave para mantener la inocuidad y los estándares que exigen los destinos globales.
Para una aplicación segura y eficaz, las recomendaciones técnicas incluyen:
- Seleccionar tecnología adecuada, priorizando gotas gruesas que minimicen la deriva.
- Mantener condiciones ambientales óptimas (Delta T entre 2 y 5; vientos de 3 a 15 km/h).
- Evitar la inversión térmica, que aumenta la deriva.
- Verificar compatibilidad de mezclas y seguir las indicaciones del fabricante.
- Respetar zonas de amortiguamiento y normativa local, sobre todo cerca de cultivos sensibles.
El plan contempla también la difusión de BPA y la validación de mediciones junto a universidades locales, con el acompañamiento del Ministerio de Bioagroindustria de Córdoba a través de la Secretaría de Agricultura y Recursos Naturales, que fortalece la coordinación institucional.
De esta manera, Clúster de Garbanzo de Córdoba y CASAFE consolidan un modelo de cooperación que potencia la productividad, promueve la sustentabilidad y fortalece la competitividad del agro cordobés en la región y el mundo.